El desarrollo vestibular infantil inicia en la fase prenatal y entra en función desde el nacimiento, donde el equilibrio, es un factor de la motricidad que evoluciona progresivamente de tal forma que, a los 2 años de edad, el niño ya es capaz de mantenerse sobre un apoyo por un breve período de tiempo. A los 3 años, se puede hablar de equilibrio estático (sobre un pie) en donde logra mantenerse unos segundos, y de equilibrio dinámico (estabilidad durante la deambulación sobre líneas trazadas en el suelo) que se hace más completo en los niños de 4 años.
Solo a partir de los 7 años, el equilibrio deja de depender de la información visual y es correcto a ojos cerrados. A partir de este momento, la dificultad cambia con la complejidad que impone la base de apoyo (características, estabilidad y amplitud o límites de estabilidad), altura del centro de gravedad, número de apoyos, elevación sobre el suelo y dinamismo del ejercicio (Fermia, 2011). Sin embargo, es la integración de los sistemas Sensorial y Motor, lo que le da significado a la sensación y objetivo del movimiento, siendo la base de funciones cognitivas posteriores.
A continuación, se presentan los hitos del desarrollo vestibular en la primera y segunda infancia, así como actividades para favorecer su desarrollo:
EDAD |
FUNCIÓN | FISIOLOGÍA |
ACTIVIDAD |
Primer mes
Gravedad y movimiento |
– Patrón motor de cuerpo entero, movimiento de flexión o aprehensión del cuerpo.
– Respuesta adaptativa. |
– Su oído interno envía un mensaje de que está cayendo para que logre protegerse.
– La atracción gravitacional estimula una parte de su cerebro que, a su vez, activa los músculos del cuello que levantan su cabeza. |
– Sujetar al bebé en brazos y repentinamente hacerlo bajar 30 cm, mostrará alarma e intentará agarrarse de algo.
– Cargar al bebé mientras éste apoyó su cabecita en nuestro hombro e intente levantarla. |
Segundo y tercer mes
Ojos y cuello |
El cerebro debe integrar tres tipos de sensaciones:
a. Las sensaciones de gravedad y movimiento provenientes del oído interno. b. Las sensaciones de los músculos de los ojos. c. Las sensaciones de los músculos del cuello. |
– Su cerebro se ocupa de integrar las sensaciones del oído interno, de los músculos de los ojos y del cuello mediante un proceso integrativo.
– La percepción visual es fundamental para mantener la imagen del objeto mientras sostiene la cabeza erguida. |
El bebé recorre una habitación con la vista, ve los objetos y las personas que hay en ella.
– Posición de cuello tónica. – Ajuste postural al hombro. – Movimientos reptantes. |
Del cuarto al sexto mes
Integración sensorial |
– Experimentar sensaciones más fuertes de gravedad.
– Planeación motora. – Postura de extensión prona. |
– Las reacciones musculares automáticas que lo mantienen erguido, son guiadas por las sensaciones de gravedad, movimiento y vista.
– Hacia los 6 meses, su sistema nervioso es más sensible a la atracción gravitacional cuando se encuentra acostado boca abajo, produciendo un fuerte impulso para alzar la cabeza y los músculos de la porción superior de la espalda. |
– Posición de avioncito.
– Sentado por periodos cortos. – Columpiarlo en el aire. – Mecerlo y alzarlo. |
Del sexto al octavo mes
Locomoción |
– Reflejo de enderezamiento del cuello.
– Percepción espacial. |
– Las sensaciones que activan el reflejo, provienen de la fuerza de gravedad y de los músculos y articulaciones del cuello.
– El cerebro siente la naturaleza de las distancias; mediante las sensaciones de movimiento del cuerpo, aprende la estructura física del espacio. |
– Voltearse de espalda a boca abajo.
– Gatear y deslizarse con las manos y rodillas. |
Del noveno al doceavo mes
Poniéndose de pie |
– Coordinación de los dos lados de su cuerpo.
– Cruce de línea media. – Planeación de movimientos. – Desarrollo de percepción visual. – Integración de respuestas adaptativas. |
– Su sistema nervioso se estimula con las sensaciones provenientes de los músculos que mantienen erguida su cabeza y su cuerpo, de los huesos que soportan su cuerpo y de la atracción gravitacional.
– Ponerse de pie, es el producto final de la integración de todas las sensaciones de gravedad, músculos y articulaciones. |
– Arrastrarse mayores distancias y explorar más lugares de su ambiente.
– Juegos de armar y desarmar. – Balanceo sobre los pies. – Ponerse de pie solo. |
Segundo año
Moviéndose |
– Planeación de acciones complejas.
– Representación corporal. – Inteligencia sensoriomotriz. |
– Conocimiento sensorial de cómo operan tanto sus funciones corporales como las del mundo.
– En el cerebro, se forma un retrato interior de las sensaciones del cuerpo, un mapa corporal proveniente de los receptores de gravedad ubicados en el oído interno, cuya entrada son los movimientos que realiza el niño no sólo vertical sino horizontalmente. |
– Subir y bajar escaleras.
– Recoger cosas y las aventarlas. – Meterse en todo. – Halar y empujar juguetes. – Juegos de caballito y columpio. – Trepar. |
Del tercero al séptimo año
Individualidad |
– Periodo sensoriomotor maduro.
– Respuestas adaptativas complejas. – Equilibrio. |
El cerebro está más receptivo a las sensaciones y es más capaz de organizarlas. El impulso interior del niño lo tiene muy activo y este aprende a hacer muchísimas cosas con su cuerpo, ya no es tan dependiente de la fuerza de gravedad y puede moverse bien por sí solo. | – Llevarlo a parque de atracciones.
– Correr, saltar, trepar, rodarse, columpiarse, pasamanos, túneles, resbaladores y areneros. – Lanzar pelota por encima de sus manos, andar en bici, caminar con talones. – Salta sobre cuerda desde 20 cm. |
Del octavo al décimo año | – Perfeccionamiento de habilidades psicomotrices.
– Freno inhibitorio. |
Se da el perfeccionamiento gradual de la precisión adquirida y la mecanización de los movimientos habituales junto con la aceleración de los mismos. | – Juego rudo con habilidad motora y muscular especial.
– Marcha con ojos cerrados. – Marcha hacia atrás. |
Dra. Natalia Martínez
Audióloga